martes, 9 de mayo de 2017

La inversión inmobiliaria industrial en Galicia se reactiva en la franja atlántica.

Desde siempre se puede decir que existe una Galicia de dos velocidades, la de la denominada franja atlántica y la Galicia de interior. En este sentido las diferencias en la inversión inmobiliaria industrial que refleja el mercado en los últimos años acentúan la diferente evolución económica de las dos Galicias.

La franja atlántica, impulsada por los motores económicos de las dos grandes urbes gallegas, A Coruña y Vigo, muestra una evolución muy positiva en la inversión en naves industriales y/o logísticas con crecimiento en torno a un 19 %, en la media del resto de España, consolidándose el sector inmobiliario industrial como sector refugio de los inversores que buscan una rentabilidades de alrededor de un 5% anual e incluso superior.

La alta rentabilidad de estas inversiones viene motivada por la elevada demanda de inmuebles industriales en zonas clave de la geografía gallega a nivel económico. La industria de la automoción en Pontevedra y del textil en A Coruña generan una industria auxiliar que demanda de manera continua y creciente naves industriales y logísticas para ejercer sus actividades.

Por otra parte, en la Galicia de interior, a pesar de que el ritmo de inversión en inmuebles industriales es mucho menor, también se detecta un comportamiento de la inversión creciente comparando la evolución en términos relativos respecto a años anteriores. Tradicionalmente la provincia de Lugo destaca por la importancia de la industria láctea y otros productos primarios, que demandan grandes naves logísticas para el almacenamiento en épocas de grandes stocks. Asimismo en la actualidad, el auge y desarrollo de la industria de aviones no tripulados (drones) en Lugo está atrayendo a la provincia a agentes de este sector tecnológico con la consiguiente demanda de inmuebles.


Respecto a la provincia de Ourense, destaca el parque tecnológico de San Cibrao donde empresas vinculadas a la aeronáutica, las telecomunicaciones y nuevos sectores como la biotecnología están demandando naves industriales e incluso en algún caso suelo industrial.