jueves, 27 de enero de 2022

Implicaciones de la subida del IPC en el mercado inmobiliario industrial (I)

 

La evolución de los precios de los últimos meses del año 2021, con una tasa de variación interanual en Diciembre del 6,5% sitúa la inflación media anual en torno a un 3%,  la mayor subida de precios de los últimos diez años.



Estos datos y la evolución de la inflación prevista para los próximos meses preocupan sobremanera a los consumidores que ven cómo se reduce se reduce su poder adquisitivo al aumentar los precios pero no sus salarios en la misma proporción.

En situaciones de alza de precios y pérdida de poder adquisitivo las rentas altas tradicionalmente han buscado refugio en  el mercado inmobiliario y las razones son muy fáciles de explicar:

  • Por un lado el dinero depositado en el banco apenas genera rendimiento y pierde valor a medida que van subiendo los precios.
  • La renta de alquiler de bienes inmuebles se suele actualizar anualmente con las variaciones del IPC, con lo cual la rentabilidad es constante.
  • La inversión en bienes inmuebles, especialmente en épocas de inestabilidad económica, se suele considerar más segura que otro tipo de inversiones como por ejemplo las bursátiles.

Es por ello que con este escenario, en el último año el mercado de compraventa de naves industriales ha experimentado un importante crecimiento, hasta el punto de que en estos momentos la demanda de naves es superior a la oferta,  por lo que es necesario que se produzca un ajuste en el mercado bien aumentando la  oferta de suelo industrial y la construcción o aumentado los precios. También el ajuste, en el peor de los casos, podría venir de una contracción la demanda por una disminución de la actividad económica, algo no deseado pero tampoco descartable a medio plazo en una situación como la actual.

No obstante, en el contexto actual de inestabilidad y de aumento de precios muchos promotores de obra nueva se muestran cautos y trabajan sobre pedido,  ya que el encarecimiento de los materiales provocado por el aumento de precios energéticos y la crisis de suministros impulsa en gran medida los precios de obra final. No ocurre lo mismo, por lo menos no en la misma medida, en el mercado de segunda mano, donde todavía es posible encontrar buenas oportunidades de inversión.